El poeta Jacobo Baule Pinilla nació en La Arena el 28 de noviembre del año 1887 y murió el 21 de diciembre del año 1974. Su larga vida de 87 años influyó en la cultura y en la vida cristiana de La Arena. Toda su producción literaria está inédita en diferentes cuadernos, que guardan celosamente sus hijos. Jacobo Baule Pinilla fue un gran hombre, poeta por naturaleza y cantante popular.
A continuación puedes disfrutar dos de sus poemas:
Dulce Arena Floreciente
Yo no te puedo olvidar,
En tu suelo aprendí amar
Con mi fiel amor ardiente.
De mi terruño querido
recuerdo todos los días,
las muchas idolatrías
en un tiempo complacido;
cuando yo muy divertido
me sentía muy caliente
porque gozaba el ambiente,
de mi tierra adorada
que jamás será olvidada:
¡Dulce Arena Floreciente!
¡Oh Pueblo! Donde yo nací,
donde tengo mi ilusión,
buena es tu situación,
dulce encanto para mí;
porque en tu suelo viví,
aquella dicha de amar,
tengo bien que recordar.
Fue gran éxito en mi vida
preciosa Arena querida,
yo no te puedo olvidar.
Adorada tierra mía
lugar de mis claros sueños,
te canto con gran empeño
con cariño y alegría.
Recuerdo la simpatía
que me supiste brindar,
bien que pude yo gozar
aquellos tiempos de amores,
Arenas de mis candores
en tu suelo aprendí a amar.
Mi bella Arena Florida
dulce tierra inolvidable,
hoy te canto muy afable,
un pasaje de mi vida.
Cuando en edad florecida,
me acompañaba la suerte,
en tu suelo dulcemente
muy placentero yo fui.
Amar muy bien aprendí
con mi fiel amor ardiente.
Jacobo Baule Pinilla
Fuente: Revista Monográfica de La Arena, Abril 1979.
El tiempo, tiempo me dio,
y yo al tiempo desairé
después al tiempo reclamé,
el tiempo me desengañó.
En un tiempo tuve tiempo
y nunca supe gozarlo,
hoy que estoy desengañado,
deseo algo de mi tiempo.
que al tiempo a mí me cegó
sin poder acatarlo yo.
Tanto que cambian los tiempos,
¿qué voy a sentir del tiempo?
si el tiempo, tiempo me dio.
Todo el tiempo que se va,
nunca lo mismo regresa.
Después viene la experiencia
con menos facilidad
viene la dificultad;
porque ya varía el placer,
uno nunca puede ser,
todos los tiempos lo mismo.
Busco mi tiempo perdido,
y yo al tiempo desairé.
Todos dicen: ¡Ay mi tiempo…!
Supuesto lo habrán tenido.
Todos los tiempos perdidos,
causan un gran sentimiento.
Yo que perdí buenos tiempos,
pudiéndolos tanto coger,
me envanecí de placer;
por eso lloré mi causa
cuando fui viendo mudanza,
después al tiempo reclamé.
El tiempo y el desengaño
son dos amigos que pueden,
aunque hay personas que quieren
siempre vivir en engaño.
Yo no estoy equivocado
ya mi tiempo me pasó;
miren que eso es un error
que a tantos los deja inertes,
cuando reclamé mi tiempo,
el tiempo me desengañó.
Jacobo Baule Pinilla
Fuente: Revista Monográfica de La Arena, Abril 1979.